
¿Qué es Turf?
La turba (o turbera) ha sido una parte importante de la cultura e historia irlandesas durante siglos, y aún se utiliza en muchas partes del país. Es un depósito sedimentario compuesto por plantas y árboles parcialmente descompuestos que han caído. Se extrae de las turberas en largos bloques rectangulares, se seca y luego se quema como combustible para calefacción y cocina.
Durante siglos, ha sido la principal fuente de calor para los hogares de la Irlanda rural, cuando el carbón escaseaba y era caro. Siempre fue y será considerado un símbolo de la identidad irlandesa. De hecho, el uso de turba ha inspirado a muchos escritores y artistas irlandeses famosos, o se ha empleado en la producción de whisky irlandés con fuegos de turba para tostar y aportar sabor.
El turba se ha utilizado en Irlanda durante más de mil años. Ante la falta de extensas tierras forestales para leña, se convirtió en el combustible predilecto para calentar hogares y cocinar, especialmente en las Tierras Medias y Occidentales, donde abundan los pantanos.
Tradicionalmente, las familias cortaban su propio césped en primavera y verano, apilándolo en los campos para que se secara al sol y el viento, apisonándolo. Este proceso laborioso era un ritual comunitario y estacional, en el que a menudo participaban vecinos y familias extendidas. Para muchos, cortar el césped era un rito de iniciación y una forma de vida.
Lamentablemente, en 2018, el gobierno irlandés aprobó una ley que prohíbe la venta masiva y el uso de turba como combustible para viviendas. Esta ley supuestamente se implementó como parte de los esfuerzos de Irlanda por reducir las emisiones de carbono y promover un futuro más verde. El mensaje de esta nueva legislación, que implicaba que el turba era un combustible fósil, lo cual claramente no es, ha asestado un duro golpe a las comunidades rurales, especialmente al implementarse plenamente durante una crisis del coste de la vida con precios récord del combustible.
El césped es más que un combustible: es un pilar de la vida rural irlandesa, un guardián de la tradición y un recuerdo que se conserva en el aroma del humo. Ya sea apilado en terrones a lo largo de un camino rural o quemado suavemente en una chimenea, el césped cuenta la historia de Irlanda: su tierra, su gente y su conexión duradera.
Así que la próxima vez que huela el aroma lento del césped, recuerde: está respirando historia.